El aceite de almendras tiene muchas propiedades beneficiosas tanto si se lo ingiere como si se lo emplea de modo tópico sobre la piel, el cabello y las uñas.
El aceite de almendras para uso oral debe ser apto para su consumo y no todos lo son. La variedad «dulcis» es la apropiada y es útil para combatir el estreñimiento gracias a su poder lubricante.
La mayoría de las veces se emplea el aceite de almendras de manera tópica o externa por su alto poder emoliente y calmante. En este caso debemos emplear un aceite prensado en frío que conserve todas sus propiedades.
Se lo suele usar para suavizar e hidratar la piel en caso de afecciones cutáneas inflamatorias, como piel seca, eczema o herpes. Y ya que también suaviza y nutre la piel y tiene efecto humectante se lo puede usar para las quemaduras o heridas leves.
Si el aceite ha sido refinado, lo podemos emplear con fines cosméticos. Usualmente viene mezclado con otros ingredientes o aceites, incluso aceites esenciales con propiedades aromáticas que poseen variados usos terapéuticos como son la aparición de arrugas y estrías. Puede usárselo con la piel húmeda después de la ducha o sobre la piel seca. También es posible emplearlo para tratar el cabello estropeado, seco o quebradizo. Actúa como nutriente confiriéndole al cabello suavidad y brillo.
También se puede usar para fortalecer las uñas. En este caso se puede preparar una crema a base de 1/4 de taza de aceite de almendras, 2 cucharaditas de aceite de damascos, 5 gotas de aceite de geranio y 2 gotas de aceite de rosas.
El aceite de almendras también se utiliza para dar masajes relajantes o de aromaterapia sin que impregne la piel. Es de fácil aplicación y absorción.
Deben evitar usar este aceite las personas alérgicas a los frutos secos y en ningún caso ingerir aceite de almendras amargas ya que es altamente tóxico. Las almendras amargas contienen ácido cianhídrico el cual puede causar trastornos digestivos y respiratorios en adultos y ser mortal en el caso de los bebés.
Siempre hay que conservar el aceite de almendras, ya sea de almendras dulces o amargas, en un lugar seco, oscuro y fresco.