Mirar es una acción natural y una experiencia que la mayoría de personas pueden disfrutar. Un hecho tan simple como observar y ser observado esconde una gran cantidad de secretos, muchos de ellos favorables a nuestras relaciones sociales. La verdad, los ojos son una de las partes que más delatan la edad en nuestro rostro. Sin ni siquiera darnos cuenta, muestran con transparencia nuestra más pura esencia, nuestras emociones y sentimientos. Son una ventana al mundo, tanto por aquello que absorbemos del exterior como por aquello que ofrecemos de nuestro interior. Por ello, tener un área ocular sana y cuidada es un hecho esencial. La blefaroplastia es la solución para resaltar la belleza de la mirada.
Con el paso de los años, el párpado puede envejecer, caer y así generar una mirada cansada y triste. La blefaroplastia superior es la cirugía que busca la mejora cosmética de los párpados superiores, eliminando el exceso de piel de los mismos y despejando la mirada. La cirugía logra devolver al paciente un aspecto jovial y más descansado, siempre aportando unos resultados de lo más naturales. Consigue mostrar un párpado liso y firme, aspectos que determinan su más valorada belleza. La intervención se realiza a través de incisiones con bisturí frío, eléctrico o láser, siempre dependiendo del caso y buscando el menor tiempo de recuperación para el paciente, así como los resultados esperados. Mediante dichas incisiones se esculpe la grasa y tensa el músculo subyacente. Cabe destacar que los resultados de una blefaroplastia superior son duraderos, siendo muy infrecuente la repetición de la cirugía en el mismo paciente.
Por otro lado, el transcurso del tiempo también puede generar bolsas de grasa en el párpado inferior. Para eliminarlas, muchos pacientes se han sometido a una blefaroplastia inferior. Es una cirugía que debe ser muy individualizada, ya que existen diferentes técnicas y se debe seleccionar la más adecuada en función de las características de cada paciente. La blefaroplastia inferior consigue generar un párpado estéticamente agradable, con un aspecto liso y que se entremezcle con la mejilla sin irregularidades de contorno. Para eliminar las bolsas, se puede acceder a una eliminación de la grasa sobrante o bien a una recolocación de la misma, es decir, una redistribución de la grasa existente sin eliminarla. Esta última aplicación tiene como finalidad mejorar los surcos y evitar el aspecto hundido del párpado. Los resultados de una blefaroplastia inferior también son duraderos y el paso de los años tampoco suele requerir la repetición de la cirugía.
Así pues, la blefaroplastia es la intervención más indicada para rejuvenecer la cosmética de nuestros ojos, devolviéndole a la mirada su función más pura. El área ocular es la más fina del rostro, la más sensible a acumulaciones de piel en exceso, bolsas de grasa y a la aparición de arrugas. La blefaroplastia consigue eliminar estas imperfecciones y proporcionar una mirada fresca y radiante.