
Las cestas de Navidad de este año van a ser nuevamente generosas tras años de haber arañado al máximo su precio. Eso dicen, al menos, los principales vendedores de estos productos que afirman que el fin de la crisis se ha notado y mucho en el repunte de este tipo de regalos.
Pero como todo, las modas han cambiado y también ha cambiado el concepto de cesta de Navidad que se regala. Ya no se trata de dar la cesta más grande o más espectacular, sino de que esta lleve productos de una gran calidad que se distingan de la media.
Frutas en conserva y frutas naturales
Un regalo típico en las cestas de Navidad en los años ochenta y noventa eran los botes de fruta en almíbar. Era rara la cesta en la que no se veía el bote de piña y el de melocotones. Pero hoy ya no es habitual que esto sea así. El motivo, básicamente, es que estos alimentos ya no están asociados a una celebración y hoy son tan habituales en la mesa como cualquier fruta fresca.
Sin embargo, las frutas frescas sí que continúan teniendo su lugar en las cestas de Navidad. En este caso, se trata de añadir frutas exóticas, como papayas o mangos. Este tipo de alimentos, aunque presentes en todos los supermercados, todavía no son algo común en la mayoría de los fruteros de España y tienen un precio alto, por lo que encajan muy bien dentro de un regalo de este tipo.
Las bebidas alcohólicas
Salvo excepciones que todavía se encuentran, las cestas de Navidad de ahora ya no llevan una gran cantidad de botellas de alcohol. Ya hemos dicho que ahora se prima más la calidad de la cesta que la cantidad de cosas que lleva y un buen ejemplo lo tenemos en la bebida.
Si antes lo normal era que hubiera varias botellas de vino, cava, coñac y ginebra, ahora las cestas son más especializadas. Existen incluso cestas navideñas dedicadas en exclusiva al gin tonic y a todo lo que lo acompaña, con una única botella de ginebra de alta calidad.
Los vinos siguen siendo un buen regalo siempre y cuando sean con denominación de origen y de marcas de prestigio y lo mismo ocurre con el cava. No se trata de dar muchas botellas, sino de dar una buena bebida que guste a la mayoría del público.