Muy especialmente en España hay una negativa bastante generalizada a aceptar las películas en versión original subtituladas. El no es casi rotundo. Los españoles no entienden qué ventaja tiene el tener que leer los subtítulos de una película cuando el doblaje te permite ver la película sin molestarte en andar leyendo.
La controversia está servida y los defensores del doblaje son una mayoría aplastante. Los cines que exhiben películas en V.O. son muy pocos y hay quien dice que eso es para los que van de cultos. Un problema típico en este país que nunca ha valorado nada que tenga que ver con la cultura. Problemas de educación y tradición.
El caso es que nunca aceptaríamos que alguien doblase a los Beatles o a Freddie Mercury. Las canciones ocasionalmente se traducen, en otros casos se subtitulan, pero entendemos que el valor de la voz original es incuestionable aunque no entendamos ni una palabra de lo que se dice. Lo mismo ocurre con la voz de los actores. Éstos se pasan a veces meses ensayando un dialecto o la caracterización vocal para un personaje en particular. Actuar no es solo cuestión de gestos. Así como no nos gusta que doblen a Fernando Fernán Gómez, tampoco debería gustarnos que doblen a Anthony Hopkins o a Marlon Brando.
Algunos ejemplos: Javier Barden en «Mar adentro» o en «Antes que anochezca» donde tiene que hacer un importante esfuerzo por hablar con el deje gallego o cubano. Lo mismo ocurre con el dialecto sureño americano, con el acento de las clase bajas en Inglaterra, etc.
Muchos creen que lo importante en una película es lo que dice un actor y no cómo lo dice (todo lo contrario a lo que ocurre en el caso de la música). Y sin embargo hay que saber que en muchos casos hay que modificar el guión para que la voz del que hace el doblaje coincida con los gestos del actor.
Por otra parte, en aquellos países en los que no existe el doblaje, las personas son más receptivas a hablar otros idiomas.
El motivo fundamental para ver películas en versión original es que podamos visualizar y escuchar la película en su formato original. Se trata de percibir el trabajo de los guionistas pero especialmente de los actores.
La idea de que si se leen los textos no se puede ver bien la película no se sostiene. Podemos ver la película perfectamente y leer los subtítulos al mismo tiempo. Puede ser difícil para alguien que nunca lo hizo, pero la segunda vez que lo haga notará que en realidad no le cuesta nada.
El problema es que ante la negativa tan generalizada de ver películas en V.O. las productoras teman que si las presentan en V.O. las personas dejarán de ir al cine y sin embargo en los DVDs, existe incluso la opción de ver la película subtitulada en su idioma original. Entonces ¿por qué no creer en la posibilidad de que la gente al final se acostumbre?
Cuando vemos una misma película doblada y luego la vemos en V.O., notamos inmediatamente la diferencia en cuanto a la calidad y autenticidad de lo que estamos viendo además de que cuando se ven los films en V.O. se interiorizan mucho mejor los diálogos y el contenido y el mensaje de la película.
En fin. Yo vivo a la vuelta de la calle de los cines en V.O. así que nunca, nunca se me ocurre ir a ver una película doblada. Ahora bien, no sé dónde vives tú, pero en cualquier caso, tú eliges.
Fuente
www.notasdecine.es