
Hace unos años, el lanzamiento de la novela “El mundo entre costuras” disparó la venta de máquinas de coser. El éxito de la historia de la modista que protagonizaba el relato junto con la crisis económica, hizo que muchas mujeres comenzaran a plantearse que quizás era una buena idea aprender a coser.
Como sucede con todas las modas, no todas continuaron con la afición, pero quienes lo han hecho, no dejan de recomendarlo a todas sus conocidas, porque acudir a clases de costura y aprender a coser no tiene más que ventajas.
Para empezar, las clases en sí mismas son muy divertidas. A ellas acuden todo tipo de personas, principalmente mujeres pero también algunos chicos, que quieren aprender a manejarse con la aguja. Como hay diferentes niveles, unos se van ayudando a los otros siempre bajo la supervisión de una profesora.
En poco tiempo es posible llevar a cabo pequeños trabajos, como aprender a subir los bajos a los pantalones o realizar pequeños arreglos y, desde los primeros meses, quienes quieran lanzarse al ruedo pueden comenzar a coser sus primeras prendas, generalmente muy sencillas.
El primer paso para hacer la primera prenda es acudir a visitar el almacén de telas en Madrid TejidosParedes. Aquí se pueden encontrar todo tipo de telas y retales para diferentes trabajos de costura. Uno de los trabajos más fáciles consiste en realizar una falda recta de mujer, para lo que haría falta tela para la falda y forro, además de la cremallera y el hilo.
El dinero invertido en las clases de costura se amortiza rápidamente, porque al poder realizar uno mismo los arreglos de la ropa e incluso coser sencillas prendas se evita tener que pagar por todo esto. Si se hacen cuentas, se verá que realmente vale la pena ir a clase y comprarse el material necesario.
Además de ropa, también se pueden realizar trabajos de costura para el hogar, como cortinas para renovar las de casa, fundas para sofás o para sillas o incluso trabajos de mantelería u otros caprichos.
Una vez que se adquiera suficiente soltura se puede continuar trabajando en casa, realizando cada vez trabajos más complicados. Se puede empezar con disfraces para carnavales, que siempre es una labor más sencilla y que necesita de menos precisión y en poco tiempo se estarán cosiendo todo tipo de prendas, incluidos vestidos de fiesta o trajes de chaqueta para el trabajo.