Se denomina hiperqueratosis al engrosamiento de la capa córnea cutánea de la piel que la vuelve rasposa y oscura. Éste suele el caso que afecta a codos y rodillas. Se trata de zonas muy castigadas debido a que estamos tensando y destentándolas continuamente. Carecen de glándulas sudoríparas y de vello pero poseen más fibras elásticas. Esos movimientos conjuntamente con el roce de la ropa, los golpes, y por ser zonas de apoyo hace que se engrose la piel, que se vuelva más fuerte pero más insensible.
Por otra parte son zonas con más melanocitos. A la hora de tomar el sol conviene protegerlas de manera especial.
El problema en cualquier caso no es de salud, sino de estética.
El mejor tratamiento es local y consiste en pulir estas zonas con preparados magistrales a base de ácido retinoico, urea, betametasona valerato y lactato amónico. Pero existen otras maneras de devolver a tus codos y rodillas su suavidad.
Los baños de mar, por ejemplo, suelen ser beneficiosos. Hay que lavarlos con un jabón que no reseque la piel e hidratarlos con una buena crema.
En primer lugar hay que eliminar las células muertas y el mejor momento para hacerlo es después de tomar una ducha. La piel estará más blanda. Un exfoliante casero se puede preparar a base de limonada con bastante azúcar. La exfoliación debe hacerse mediante un enérgico masaje en círculos. Otra forma de exfoliarlos es con arena si vives cerca de la playa, o arcilla.
El siguiente paso es hidratarlos con una crema untuosa y grasa. Las cremas a base de vaselina, karité o aceites son las más recomendadas. Otra opción es untarlos con aguacate y dejar que actúe unos 5 ó 10 minutos.