¿Tiene efectos secundarios ponerse extensiones en el cabello? Así lo anuncia un estudio publicado en British Journal of Dermatology. Hoy está de moda más que nunca ponerse extensiones en el cabello ya sea para dar más volumen, cubrir zonas de poco pelo, lucir mechas de colores o simplemente tener un aspecto más llamativo. Incluso actrices como Britney Speers o Paris Hilton las lucen y los jóvenes quieren estar a la última y no ser menos.
Según Juan Ferrando, médico consultor del servicio de Dermatología del Hospital Clinic de Barcelona, la demanda aumenta a pesar de las contraindicaciones que conlleva: «Muchas de las personas que tienen poco pelo, alopecia, cabello frágil y débil utilizan extensiones para aumentar el pelo. Lo que ocurre en estos casos es que la tracción que ejercen la extensiones sobre este pelo, ya debilitado, facilita su pérdida».
Los estudios indican que no es cuestión de ser blanca o de color, las extensiones producen la pérdida posterior del pelo y pérdida de brillo. Al no airearse suficientemente el pelo natural pierde su brillo y textura en las partes que están cubiertas por las extensiones. «El cuerpo humano está diseñado para soportar el peso que le corresponde por cada órgano. Así como no podemos colocar una prótesis mamaria más allá de lo que la espalda puede soportar, la raíz de los cabellos está diseñada para aguantar una carga de peso específica y por codificación genética: largo del cabello, grosor de la fibra, color y brillo», explica Federico Cardona, cirujano estético de la Clínica del Valle, en Madrid.
Las extensiones, los moños, las trenzas gruesas o finas, los rulos, las coletas, las rastas y demás peinados que implican una tracción en el pelo son causa de alopecia que según el tiempo que se los lleve pueden o no originar alopecia cicatricial, es decir una pérdida de pelo que no se recupera porque afecta a la raíz del folículo.
Si las extensiones son de pelo artificial, además, es muy probable que se produzcan reacciones alérgicas, dermatitis de contacto y atrofia cutánea.
Los riegos pueden sin embargo minimizarse si se siguen ciertas pautas, según explica Antonella Tosti, autora del estudio. Por ejemplo hay que evitar las extensiones que sean más largas que la longitud natural del cabello multiplicado por dos. Hay que alinear las cutículas en la misma dirección que las del cabello de la persona, desde la raíz a las puntas. Esto facilita el peinado e impide que se pierda brillo además de evitar los enredos. De todas formas se aconseja no llevarlas por mucho tiempo.
Fuente
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/01/15/pielsana/1232043730.html
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