Si bien es cierto que algunos productos de maquillaje llevan protector contra los rayos UVA y UVB, tanto en verano como en invierno, lo más prudente es llevar debajo del maquillaje un protector solar de 15 o 30. Algunos recomiendan solo una nueva aplicación para después de nadar o de sudar pero otros consideran que es necesario volver a aplicárselo cada dos o tres horas sin importar las circunstancias.
Usar protector solar es una medida de precaución contra el cáncer de piel y los signos de envejecimiento ya que el cutis es la parte del cuerpo que más expuesta está a las radiaciones solares. También hay que aplicarse el protector en el cuello.
La mejor manera de ponerte el protector debajo de la base es lavándote bien a fondo la cara, secártela y aplicar una capa fina de protector dejando que penetre bien en la piel hasta que se seque. Luego debes aplicar una base y finalmente el maquillaje. La base es un factor de protección adicional ya que los pigmentos del maquillaje debilitan el efecto del protector.
El protector es necesario para cualquier tipo de piel independientemente de su tono y del tipo que sea aunque es indispensable leerse las etiquetas de los productos para dar con uno apropiado para tu tipo de piel. Si tu piel es sensible conviene que el bloqueador no contenga conservantes ni tinturas ni perfumes. Las pieles acneicas requieren un protector no comedogénico o hipoalergénico para evitar brotes o reacciones alérgicas. Las pieles normales, secas o mixtas se benefician de un protector ligero que aporte hidratación. Si la piel es grasa, evita los protectores aceitosos.
Otros factores que aceleran el envejecimiento del cutis son el tabaco y el estrés. El primero porque genera radicales libres y el segundo porque también es un agente oxidante. Tampoco es bueno para el cutis exponerlo a temperaturas extremas sin la protección pertinente. Una correcta rutina facial y un estilo de vida sano pueden retrasar los efectos negativos de los distintos factores perjudiciales del medio ambiente atenuando su acción.