Los iluminadores son un producto nuevo que hace que nuestra piel se vea perfecta usándolos antes o después de la base de maquillaje. Su efecto es casi mágico y son fáciles de aplicar.
Se trata de una crema o de polvos, que en ningún caso suplen la base de maquillaje, y cuyo efecto es el de rejuvenecer el aspecto de nuestro rostro. Además no se aplican de la misma forma que la base de maquillaje.
Los iluminadores suelen venir en tonos claros o dorados.
Para las pieles grasas se recomiendan los iluminadores en polvo, y las cremas, para las pieles más secas.
¿Cómo se utilizan? Se toma una pequeña cantidad del iluminador y la aplicamos en la zona que deseamos con pequeños toques y con el dedo si es cremoso y con pincel si es en polvo.
El efecto depende de la zona en la que los apliquemos.
Por ejemplo, si aplicamos el iluminador en la frente conseguiremos realzar la mirada y que se ilumine todo el rostro. Si lo ponemos en los pómulos el efecto será de una cara más angulada y definida.
Si aplicamos iluminador debajo de las cejas los ojos parecerán más grandes y la mirada más intensa. Aplicándolo en el párpado evitaremos la sombra que suelen crear las pestañas de abajo y si lo aplicamos en el lagrimal evitará el efecto de ojo hundido e iluminará nuestra mirada. Podemos también aplicarlo en las aletas de la nariz para perfilarla. Aplicándolo en la barbilla eliminará los brillos y marcará mejor el rostro.
El resultado, como ya habréis adivinado es que logramos marcar las partes del rostro que nos interesa que resalten y disimular aquellas zonas que preferimos que pasen desapercibidas.
Según los expertos, los iluminadores pueden aplicarse también en los labios y así evitar usar gloss. Para ello mezclamos un poco del labial con el iluminador lo que dará lugar a un efecto mucho más sensual.
Los hay de distintas marcas pero algunos recomiendan el Touche de Yves Saint Laurent que tiene un efecto único. Lo importante en cualquier caso es saber dónde nos lo ponemos para que nuestra piel luzca perfecta.