
Desde siempre y para muchos, besar es un arte. Sin embargo hoy en día existe una ciencia, la filmetaología que estudia el acto de besar desde un punto de vista completamente distinto. Sus orígenes, el cambio de su significado a lo largo del tiempo, los distintos tipos de beso, los elementos o sustancias que intervienen en él así como las reacciones físicas y mentales que derivan de él.
Su origen según los registros podrían estar en el 2500 a.C. Existe una imagen de dos personas besándose esculpidas en las paredes del templo de Khajuraho en la India.
Sus inciso pueden rastreares incluso a la mujer de Cromagnon al alimentar a sus hijos, como modo de mostrar agrado en las tribus primitivas y como forma de demostrar una jerarquía, por motivos de salud o escoger pareja, e incluso como una manera de rebelarse.
La costumbre de besarse padre e hija proviene de Escocia. Allí el padre besaba a su hija en los labios cuando ésta iba a contraer matrimonio, al concluir la ceremonia, como señal de bendición y deseo de felicidad conyugal. Luego la novia en el transcurso de la fiesta besaba en la boca a todos los hombres para conseguir algo de dinero.
Más tarde se impone como costumbre de saludo entre amigos y familiares.
Desde una perspectiva fisiológica, en el beso intervienen el gusto, el tacto y el olfato los cuales producen una fuerte reacción emocional, mental y química en quienes se besan, siempre en función del tipo de beso de que se trate. Las sustancias químicas relacionadas con el beso en la boca son en primera instancia, las endocrinas, que la ser liberadas al torrente sanguíneo producen una clara sensación de bienestar. La noradrenalina y la feniletilamina, estimulan el placer y el buen humor. El beso profundo por su parte, reduce los niveles de cortisol, hormona asociada al estrés. Pero el papel protagonista lo tienen la testosterona, tanto en el hombre como en la mujer, responsable del deseo sexual, la dopamina, asociada al amor pasional e incluso obsesivo; y la oxitocina vinculada al apego y a las relaciones a largo plazo.
El beso, por otra parte, sirve para evaluar a nuestra pareja a partir de los niveles de testosterona en la saliva masculina y los estrógenos en la femenina.
De acuerdo con Helen Fischer experta en la biología del amor, el beso es un poderoso mecanismo de adaptación que se da en el 90% de las sociedades humanas. El beso no solo permite saber si la pareja es la idónea, sino también el grado de excitación sexual de la misma, y para detectar el estado del sistema inmune del otro, su estado de higiene y de salud. Es más, el beso en sí nos ayuda a estar sanos y a bajar de peso, ya que por cada beso perdemos hasta 26 calorías y se fortalece el sistema inmune, hace que se acelere el pulso y que se prolongue la vida de quienes se besan.
A partir de la forma y el grosor de los labios también se pueden describir rasgos de las personas. Quienes tienen la boca grande suelen ser personas aventureras, sinceras y vitales. Para ellas cada beso es un descubrimiento.
Las que tienen la boca pequeña son personas más frívolas y refinadas que saben lo que quieren y el modo de obtenerlo. No les resulta difícil besar tierna y apasionadamente. Los labios finos son un signo de frivolidad, dureza y perfeccionismo por lo que si estas personas no quedan satisfechas con el primer beso, volverán a intentarlo hasta que les resulte perfecto.
Los labios gruesos se asocian a personas amantes del placer y la comodidad, al optimismo y al saber disfrutar de cada instante de la vida con lo cual disfrutan de cualquier beso, independientemente de su duración o forma.
Al besar ponemos en funcionamiento alrededor de 30 músculos de la cara, intercambiamos cerca de 300 colonias de bacterias, liberamos una cantidad no precisa de hormonas y aumenta nuestro ritmo cardíaco.
En cuanto a los tipos de besos, se pueden mencionar los siguientes:
– el beso seco: es un beso simple que consiste en apoyar los labios de uno sobre los labios del otro.
– el beso hollywoodense en el que uno se inclina hacia atrás, generalmente la mujer, a modo de invitación a sentirse cómodo y preparándolo para lo que le espera. Este beso comenzó a ponerse de moda en los años ’50 y sigue resultando muy romántico
– el beso succionador: la mujer toma entre sus labios el labio inferior de su pareja introduciéndolo en su boca mientras el otro ejerce un movimiento de succión.
– el beso francés o de lengüeta es el beso en el que la mujer toca con su lengua los labios de su partenaire para luego introducirla en su boca y viceversa.
Otros besos, son el de apretón, el beso de tú uno y yo el otro, el beso de toma todo, el beso de lengua apasionado, el beso de yo te sigo, etc.