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Desesperada

Cuando las emociones causan un daño físico

12 julio, 2015
emociones y dolores físicos

Reiki, kinesiología, medicina natural y autoayuda, no suelen ser las fuentes de las que bebemos cuando sentimos dolor físico. En este post haremos un repaso de lo que estas medicinas alternativas tienen que decir sobre cómo nuestras emociones pueden llegar a ser la causa de dolores en nuestros cuerpos. No todos estaremos de acuerdo ni seguiríamos sus consejos, pero, nunca se sabe, de todo podemos sacar alguna enseñanza.

Según la doctora en psicología Susanne Babbel, los dolores crónicos, no siempre están relacionados con heridas o lesiones sino que lo están con nuestras propias emociones o con una buena dosis de estrés.

Así, los dolores de cabeza suelen relacionarse con ese estrés y con cierto malestar emocional. Las migrañas constantes pueden deberse a llevar una pesada carga en tu día a día y a la rutina. Lo que se aconseja en estos casos es el ejercicio físico y el descanso.

El reiki nos dice que los dolores en el cuello se deberían a un sentimiento de culpa y a la autorrecriminación. Padecer dolores en esta parte del cuerpo puede querer decir que te juzgas muy duramente a ti mismo, o que hay cosas de las que te arrepientes y no logras hacer nada al respecto. Lo mejor en estos casos es intentar perdonarse a uno mismo en la medida de lo posible y dejar que las cosas sigan su curso natural.

Ocasionalmente llevamos una pesada carga sobre nuestros hombros y por eso mismo nos duelen, dice el kinesiólogo Ros Kitson. Nos autoexigimos demasiado cuando en verdad la carga puede compartirse. No por llevar un peso que se hace insoportable somos más capaces o más responsables.

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Según Ronda Degaust, escritora de libros de autoayuda, cuando nos duele la parte alta de la espalda es porque estamos necesitados de afecto o porque alguien nos dé una mano. Es decir, estamos necesitados de apoyo emocional que lo podemos encontrar en nuestro grupo de referencia o en nuestra pareja. También los dolores en la parte baja de la espalda pueden estar relacionados con esa falta de apoyo emocional o con problemas financieros según afirma Mark W. Tong, doctor en medicina natural. La solución pasaría por pedir un aumento de salario o en ahorrar más para rebajar el gasto diario que nos está produciendo sufrimiento.

Mientras tanto, la rigidez de los codos, y, en general, en las articulaciones, puede tener que ver con la resistencia a los cambios. La solución estaría en poner en marcha nuestras ideas, salir más con nuestros amigos o comprometernos más profundamente con nuestra pareja.

Si nos duelen las manos podemos pensar que lo que ocurre es que tenemos problemas con nuestra relación con los demás, con expresarnos o demostrar cariño. El consejo en este caso es estrechar nuestros lazos con las personas que nos rodean, conocer gente nueva o acercarnos a aquellos de quienes nos hemos distanciado.

La rigidez de caderas podría tener que ver con el miedo a los cambios, al movimiento en términos generales, o a que se está oponiendo resistencia a tomar decisiones comprometidas. Esto es lo que cree Barbara Clark, gurú de la autoayuda. El consejo en este caso es atreverse a aventurarse a cosas insospechadas ya que no podemos tener todo bajo nuestro control.

Si lo que nos duele son las rodillas puede que tenga que ver con nuestro ego, con un orgullo o vanidad desmesurados. Un buen ejercicio en esta ocasión es tener un momento de humildad y reconocer las virtudes de los otros.

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El dolor en las rodillas podría deberse a celos o resentimientos que será bueno controlar antes de perder la cabeza.

Los tobillos por su parte pueden dolernos si nos autoescamoteamos ciertos placeres en la vida. Lo aconsejable es dejarse llevar y ser más indulgentes con nosotros mismos.

Un exceso de negatividad podría hacer que nos doliesen los pies. En este caso, la solución es alegrarse por las pequeñas cosas, valorar lo que se tiene.   

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