
Cualquiera de nosotras ha pasado por esto sobre todo después de una mala experiencia. ¿Dónde y cuándo y cómo encontraré pareja? ¿Moriré sola? Y te desesperas porque no sabes si algún día aparecerá el hombre que tanto buscas. Eso te angustia y a veces no puedes evitar que los demás lo vean y eso te perjudica. Es como si fueras con un cartel que dice «Busco al amor de mi vida».
De pronto te parece que todos los hombres están «ocupados» y que tú te quedarás sola para toda la vida. Ya no eres una jovencita, no vas a tantos sitios ni fiestas… Te empieza a parecer que eso de encontrar fortuitamente una pareja se da solo en las películas.
Lo cierto es que ese hombre aparecerá cuando menos lo esperes y en el sitio más improbable. Pero mientras tanto debes seguir con tu vida normal, sin angustiarte, disfrutando de tu autonomía e incluso de tu soledad que te permite hacer muchas cosas sin rendirle cuentas a nadie.
Pero no caigas en el error de atarte al primer hombre que aparezca si no es de tu agrado, por el simple hecho de no estar sola. La sensación de urgencia puede llevarte a tomar medidas apresuradas de las que luego te arrepientes.
No desperdicies tu tiempo sin sentido ni dejes que la desesperación nuble tu juicio. No te pongas ansiosa porque vayas a tener una cita porque tu actitud hará que tu pareja te rehuya.
Aprende que si no encuentras pareja a la primera no por eso eres una «perdedora». No pienses en que eres la única en tu situación. Si encuentras novio no seas sumisa para no perderlo. ¡No intentes atraparlo! Aprende a decir no.