Mucho se ha hablado, desde hace ya algún tiempo de los beneficios que la dieta mediterránea reporta a la salud y últimamente los estudios de prestigiosos científicos, muchas veces de institutos extranjeros nos están demostrando con pruebas que los hábitos alimenticios de nuestros abuelos, cada vez más en desuso, son la mejor medicina contra enfermedades del corazón y contra otros problemas que amenazan nuestra salud.
Un estudio publicado en la edición online del New England Journal of Medicine, que es fruto de una investigación e más de 10 años de trabajo ha revelado que la dieta mediterreánea, complementada con aceite de oliva virgen o frutos secos reduce hasta un 30% el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares graves, como por ejemplo ictus o infartos.
La prueba, que arrancó en el año 2003 tenía el objetivo de probar si una dieta como la mediterránea, rica en grasas vegetales, con un alto consumo de aceite de oliva, fruta, verdura, nueces, un consumo moderado de carnes de ave y pescado y bajo consumo de lácteos, carnes y dulces así como vino con moderación y acompañando a las comidas, es más saludable que una dieta totalmente baja en grasas, tanto animales como vegetales.
Con este fin, se formaron tres grupos de personas hombres y mujeres de entre 55 y 80 años que no hubieran sufrido ningún problema cardiovascular hasta la fecha y que tuvieran algún tipo de riesgo como diabetes, hipertensión, colesterol u obesidad. A dos de los grupos se les recomendó una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva o con nueces, mientras que al otro grupo se le dio una dieta baja en grasas.
Durante los cinco primeros años del estudio, los doctores fueron comprobando la evolución de los pacientes y monitorizando el grado de fidelidad de los participantes a las dietas establecidas. En los cinco años en los que los 7.500 participantes fueron monitorizados, 288 sufrieron episodios graves de salud, como infartos, ictus o apoplejias.
Las conclusiones del informe fueron reveladoras. Las personas de los dos grupos que llevaron la dieta mediterránea tuvieron que los miembros del grupo de control. Además los grupos de dieta mediterránea redujeron el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares en un 20%, mientras que los de la dieta baja en grasas lo redujeron un 12%. Por ultimo, también se demostró que los que tenían la dieta mediterránea eran por lo general más fieles al programa, con una media de abandonos del 4,9%, por el 11,3% de abandonos en el grupo de control, lo que demuestra que, no sólo es más saludable, sino que además es mucho más agradable que cualquier otra dieta alimentaria.