
En su artículo «El primer sexo: La mujer – Una necesaria corrección a la relación de los géneros», Enrique Campang Chang expone los motivos por los cuales considera errónea la calificación del género femenino como «segundo sexo», en referencia explícita a la obra homónima de Simone de Beauvoir, de 1949. Según Campang Chang, el género femenino detentaría el puesto de primer sexo, y no de segundo, dado que en el dilema similar acerca de qué está primero si la gallina o el huevo, él considera que es la mujer la primera ya que es la que se ocupa de gestar: «La vida empezó con la partícula madre que se duplica en las bacterias, virus y organismos unicelulares hasta llegar a la asociación celular para formar seres complejos. La gallina fue primero, y mucho después el gallo… La hembra gesta y cuida a las crías, tiene roles superiores y protagónicos en la conservación de las especies, mientras que el del macho es problemático e improvisado.» Aprovechando que tiene más tiempo libre, el hombre se ocupa de acumular patrimonio y poder político en detrimento de la mujer a la que doblega y somete en lo político, en lo económico y en lo social. Campang Chang considera que en el mito de la primacía de Adán sobre Eva que perpetúan las religiones judeocristiana e islámica está el origen de la diferencia de roles que estipula el macho y también el origen de violencia que el macho despliega contra sus congéneres, sean éstos machos o hembras. El autor postula que un modelo mejor para la mujer sería uno que fomentase más la ecuanimidad en el seno de la familia en torno a la mujer que el actual modelo centrado en la economía y por consiguiente en el hombre como sostén.
Siguiendo la línea de estas especulaciones, los diferentes rankings que se han establecido para valorar los países en los que es mejor ser mujer coinciden entre sí en algunos de los parámetros a tomar en cuenta.
Así, por ejemplo, el ranking de la Fundación Thomson Reuters considera que Canadá es el mejor país para ser mujer gracias al acceso a los servicios de salud y a las condiciones favorables en lo que se refiere a la igualdad de género. La India es el que ocupa el último puesto debido a los matrimonios concertados y al infanticidio femenino entre otras cosas.
La revista Newsweek desatacaba hace un año a Islandia como el país en el que es mejor ser mujer debido a los resultados en las siguientes áreas: protección legal, acceso al mercado laboral, participación y acceso al poder político, acceso a la educación, acceso a los servicios de salud, y a diferentes medidas y leyes como el permiso de paternidad.
En lo que se refiere al mercado laboral, el Banco Mundial sitúa a la mujer en inferioridad de condiciones en general respecto de los hombres, teniendo en cuenta, además, que en muchos países el trabajo de la mujer, incluyendo el trabajo agrícola, no es remunerado.
En cuanto al Informe Global sobre las Diferencias de Género recientemente publicado por el Foro Económico Mundial con datos de 135 países, el objetivo perseguido fue el medir la capacidad o voluntad de los distintos países para reducir la desigualdad entre mujeres y hombres que aun persiste en todos ellos. Los parámetros tenidos en cuenta fueron: la participación y oportunidad económica, educación, salud, supervivencia y empoderamiento político. Los resultados muestran que ningún país ha logrado reducir la desigualdad en lo que se refiere a la economía ni a la política, mientras que 20 lo han logrado en cuanto a educación y 32 en lo que respecta a salud y supervivencia. De acuerdo con estos datos los mejores países para ser mujer serían Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia mientras que los últimos tres puestos los ocupan Yemen, Pakistán y Chad. «Estos países apenas han cerrado el 59% de la brecha de género y registran altas tasas de analfabetismo, sobre todo, entre las mujeres y las niñas. También es importante la falta de cumplimiento de derechos fundamentales entre ellas.»
Los países nórdicos destacan por haber conseguido cerrar la brecha en un 80%, con un 99% y 100% en cuanto a educación desde hace décadas. La tasa de empleo es también una de las más elevadas del planeta, la diferencia salarial es de las más bajas y hay mayores facilidades para ambos sexos para conciliar la vida familiar y laboral.
Otros informes apuntan a Níger y Afganistán como los peores países para ser mujer y/o madre, donde las condiciones para ambos, niños y madres, son nefastas en cuanto a la supervivencia: una de cada treinta mujeres fallece por causa de la maternidad y uno de cada siete niños muere antes de haber cumplido los cinco años. Pero aunque los países nórdicos nuevamente lideran el ranking en estos aspectos, no hay que olvidar los estudios presentados en el Primer Congreso Internacional sobre Violencia de Género celebrado en Valencia, según los cuales, entre el 40 y 50% de las mujeres en estos países padecen algún tipo de violencia por parte de los hombres que aunque son menos sexistas, destacan por un alto consumo de estupefacientes o alcohol. La idea de que la violencia contra la mujer se dé en mayor medida en las capas socioeconómicas más bajas y en la población inmigrante, es errónea ya que la mayoría de mujeres extranjeras que mueren asesinadas en la UE son de la Unión Europea. «España se encuentra a la cola de los países europeos en relación al número de mujeres muertas por violencia de género, mientras que los países del norte de Europa ‘siguen estando arriba’.»
Fuentes
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2007/04/28/actualidad/1177711202_850215.html
http://www.consumer.es/web/es/solidaridad/proyectos_y_campanas/2012/11/27/214390.php
http://cultural.argenpress.info/2012/11/el-primer-sexo-la-mujer-una-necesaria.html