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Desesperada

Ecología, más que una moda

31 enero, 2014
piscina naturalizada

Desde los inicios de la industrialización han existido grupos de personas preocupadas por el impacto que los avances podrían tener en el medio natural. Ya en los años 50 del siglo XX comenzó a forjarse la conciencia ecologista con trabajos como el libro “Primavera Silenciosa” de Rachel Carson o las protestas de Barry Commoner en contra de los primeros ensayos nucleares. Eran tiempos en los que comenzaban a ocurrir incidentes relacionados con la energía nuclear. En un principio, los primeros ecologistas buscaban reducir la contaminación y proteger los recursos naturales y los lugares y entornos naturales únicos.

Desde entonces la conciencia ecologista ha evolucionado hasta el punto de implicar a científicos, políticos y demás personalidades en la preocupación por el mantenimiento de la naturaleza, y de ahí nacen el concepto de ecopiscinas. Cada día son más comunes en nuestra vida cotidiana expresiones como sostenibilidad o cambio climático, aunque desgraciadamente la contaminación ha ido en aumento, de forma pareja al desarrollo industrial, social y económico.

No obstante cada día existe un mayor número de personas concienciadas con la necesidad de hacer algo por la preservación del medio ambiente. Conscientes de que cada detalle cuenta, y siguiendo la norma “piensa en global, actúa en local”, muchos realizan pequeños actos a nivel doméstico o de comunidad para así colaborar con el mantenimiento de la salud del planeta. Reciclar los residuos, reutilizar, cultivar un huerto en casa o evitar el uso de productos químicos son algunas de las acciones que se pueden desarrollar a nivel local para beneficio de todos. Algo tan sencillo como sustituir nuestra piscina convencional con filtrado basado en cloro u otros compuestos químicos por una piscina naturalizada, también denominada ecopiscina, puede suponer además de un gran beneficio para el planeta, un ahorro para nuestro bolsillo al no requerir productos para su  mantenimiento, ya que utiliza plantas para el filtrado del agua. Y es que a menudo las acciones ecológicas reportan beneficios a nuestra economía, como el uso de bombillas de bajo consumo, la reutilización del agua de ducha para el inodoro o la instalación de sistemas de calefacción basados en materia orgánica, más eficientes y económicos que otros mucho más contaminantes. Son pequeños gestos con los que todos podemos contribuir al mantenimiento de la lucha por la conservación del medio ambiente ya que no hay que olvidar que el planeta es de todos.

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