
Aquí van seis recomendaciones para una auténtica terapia antiaging que puedes convertir en hábitos sin gastar nada:
1. Deja de ser una suprewoman y procura no dedicarte a mil tareas a la vez aunque creas que ello te convierte en una persona más productiva. Se trata de evitar el estrés que según estudios de la Universidad de Stanford avejenta y de mala manera. De acuerdo con otras investigaciones se ha probado que el estrés crónico daña las células y acelera el envejecimiento debido a la mayor liberación de radicales libres.
2. Evita los postres azucarados. Susan Stuart, de la Universidad de San Diego asegura que el consumo de azúcar está relacionado con un proceso llamado glicación que hace que la piel pierda su brillo, hace aparecer círculos oscuros debajo de los ojos, produce pérdida de tono y del contorno de la cara además de hacer aparecer arrugas y líneas de expresión. No solo perderás kilos prescindiendo del azúcar sino que tendrás la piel tersa y radiante.
3. Deja atrás la vida sedentaria que como ya se ha probado acrecienta los riesgos de enfermedad renal, cardiovascular y el desarrollo de tumores. Llevar una vida activa prolonga la esperanza de vida y mantiene la flexibilidad muscular propia de las personas jóvenes.
4. Usa dos veces al día un buen contorno de ojos. Los mejores son los que contienen vitamina A. Piensa que si es algo que te saltas en tu rutina diaria de belleza, las arrugas y la piel agrietad alrededor de los ojos es una de las cosas que más avejentan. Si mantienes esa zona del rostro hidratada parecerás diez años más joven.
5. Como siempre os decimos, hay que usar protector solar de 50 durante todo el año. La exposición a los rayos ultravioleta del sol es la primera causa de envejecimiento de la piel. Estos rayos actúan aun en días nublados y lluviosos.
6. Duerme sobre tu espalda y no con la cara apoyada sobre la almohada. El cirujano plástico James C. Marota sugiere que el tejido conectivo y el colágeno se vuelven más frágiles con la edad de manera que si duermes sobre tu cara y del mismo lado cada noche la piel no se recuperará tan fácilmente como cuando eras más joven. Lo ideal, pues, es acostumbrarse a dormir sobre la espalda y con una funda de satén.