El informe sobre la calidad del aire 2011 refleja una situación dramática en nuestro país. El 94% de los 47 millones de personas que viven en España respiran un aire contaminado con niveles de sustancias tóxicas en suspensión muy por encima de los permitidos por la UE y por la Organización Mundial de la Salud.
El estudio, realizado a partir de los datos recogidos por la red de medición de la calidad del aire de las administraciones, recoge la presencia de una serie de contaminantes problemáticos cuyas partículas, en suspensión, se encuentran en el aire que respiramos.
Los contaminantes más problemáticos encontrados en los análisis de 2011 son las partículas PM10 y PM 2,5, además del dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico O3 y el dióxido de azufre SO2, los principales elementos cuya presencia determina la toxicidad del aire.
20.000 muertes al año
Las áreas más contaminadas del Estado Español son las grandes ciudades, que es en donde vive la mayor parte de la población. Según el estudio, las partículas de los gases producidos por la combustión del carburante de los vehículos, sobre todo los motores diésel son las principales causantes de la contaminación ya que emiten gran variedad de partículas tóxicas de diversos tamaños; partículas que pueden penetrar hasta las vías respiratiorias bajas, partículas respirables que alcanzan las zonas de intercambio de gases del pulmón o partículas ultrafinas que llegan hasta el torrente sanguíneo.
Así pues, se puede decir que las ciudades españolas presentan unos niveles de contaminación que ocasionan graves problemas de salud. Se calcula que aproximadamente 20.000 personas mueren cada año a consecuencia de problemas respiratorios derivados de la mala calidad del aire.
A pesar de todo, el informe de 2011 ha registrado una leve reducción de los niveles de contaminación en el aire respecto a los estudios realizados en los años 2008 y anteriores, debida, sobre todo a los efectos de la crisis, menor producción industrial menos uso del coche, combustibles más caros, etc, y no debido acciones de las administraciones para mejorar la calidad del aire.
Ecologistas en acción denuncia que ante esa situación, las administraciones se mantienen de brazos cruzados, los planes para mejorar la calidad del aire, en muchos casos son inexistentes, y en otros apenas son efectivos por la reticencia a adoptar medidas estructurales. En algunos casos, dicen, los cambios de gobierno suponen retrocesos y la paralización de planes ya existentes.