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Desesperada

El desamor: la ruptura de la pareja

10 septiembre, 2012
Desamor en la pareja

«Tristeza profunda, depresión, falta de apetito, ganas de llorar, sensación de asfixia emocional, necesidad intensa de aquella persona, sensación de que la desgracia total ha llegado a tu vida, sientes como si el mundo de repente hubiera cambiado de color, como si todo fuera oscuro, percepción de destrucción emocional, sensación de que esa persona es insustituible, crees que es el amor de tu vida, sientes que no puedes olvidarla, no puedes sacarla de tus pensamientos, te aferras, experimentas dependencia emocional, automanipulación, etc. ¿Sientes alguno de estos síntomas? ¿Te duele el ‘corazón’?»

El enamoramiento está ligado a un fenómeno bioquímico que tiene lugar a nivel cerebral. El enamoramiento genera una sobreproducción de dopamina, endorfinas, serotonina, etc. y esto es natural y bueno, siempre y cuando seamos correspondidos.

El desamor es similar al síndrome de abstinencia que padece un toxicómano. El enamorado es «adicto a la persona que ama” y al no ser correspondido el proceso bioquímico en el cerebro se invierte y genera ansiedad, depresión, frustración, desesperación, sensación seguramente falsa de que la persona amada es insustituible.

Pero el desamor es cosa de dos. Si una de las partes quiere cortar la relación sin dar lugar a una reconciliación, a un diálogo que conduzca a una posible mutua comprensión, no debes culparte de ello. Seguramente la otra parte no está tan pendiente de ti como tú de ella. Pero tampoco puedes obligarle a mantener un vínculo que no desea.

Un fracaso emocional como éste suele hacerte cuestionar tu valía, a sentir que has fracasado, a rebajar tu autoestima.

En realidad, el amor pasa por un ciclo que se inicia con una mutua fascinación. Intuyes seguramente que hay elementos en el otro que te disgustan, pero haces la vista la gorda para no darte cuenta de que en algún momento, más adelante, esas características del ser amado saldrán a la luz y conducirán a una posible ruptura o al menos a un enfrentamiento. Tú lo sabes, pero no quieres tomar conciencia de ello.

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Cortar con una relación que nos está destruyendo puede producir un dolor intenso, pero puede que sea la mejor solución. “En realidad, en la mitad de los casos, la finalización de un amor equivocado abre la perspectiva nada despreciable de no tener que sufrir durante otros treinta años o más la convivencia con alguien que no te quería o había agotado su capacidad de amar.”

Una decisión más positiva sería la de considerar la posibilidad de intentar arreglar las diferencias. Pero para ello es necesario que haya por las dos partes interés en la pareja. Si esto ocurre muy a menudo, quizás haya algo de fondo que no funciona apropiadamente, pero el temor a la soledad paraliza. Los mutuos reproches, la ausencia de habilidades comunicativas, cualquier tipo de violencia, acaban destruyendo lo poco que queda del vínculo. Hay que afrontar las cosas que suma paciencia y delicadeza, intentando ponerse en los zapatos del otro, intentando comprender las causas de su malestar.

La pasividad, el dejar que las cosas sigan igual, tampoco conduce a ninguna parte. El desinterés y la negligencia hacia el otro minarán finalmente a los componentes de la pareja sin vuelta atrás. Son relaciones autodestructivas. La lealtad, mantener la relación en suspenso por enaltecer la lealtad y la fidelidad al compañero o compañera, o el qué dirán, acarrean el mismo resultado.

En palabras de Enrique Rojas, el amor verdadero implica compromiso, voluntad, inteligencia y entrega. “La voluntad y la inteligencia como ingredientes del amor de la pareja son esenciales, pero hoy son impopulares, no tienen buena prensa, no se llevan. Y es lógico, dado el clima hedonista y permisivo en el que nos movemos.”

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Por otra parte hay personas con una gran capacidad para amar y otras que carecen de ese rasgo. Los componentes de la pareja deben compartir puntos de vista y valores similares. Si esto no es así, estamos ante una pareja inmadura incapaz de reconciliarse. «Un amor sin voluntad es un amor inmaduro, frívolo, superficial, trivial, producto típico del nuevo hombre light”, sin esfuerzo, y sujeto a vaivenes que acaban degradando la relación porque todo es pasajero. Por el contrario, el amor profundo es dinámico, flexible, pero también costoso, y con el paso del tiempo se ve sometido a sucesivos cambios que involucran sin embargo firmes puntos de anclaje. “El subsuelo del amor permanece.”

Fuentes

http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/7975180/Que-es-el-desamor_.html

http://www.fluvium.org/textos/mujer/muj58.htm

http://www.ieea.com.ar/articulos/matrimonioyfamilia/Remedios%20para%20el%20desamor.pdf

http://www.eduardpunset.es/15185/general/apenas-sabemos-algo-del-desamor

http://www.tublindaje.com/desamor/

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