Con la aparición de Elsa Schiaparelli en el mundo de la moda, el modisto o modista pasan a ser diseñadores de moda. La moda ingresa al ámbito del arte, cosa que otros pioneros como Worth o Cardin no habían conseguido hasta ese momento. La moda queda así ligada a las corrientes artísticas y a los movimientos sociales.
Superada la postguerra, en los años 50, la demanda de moda supera la capacidad de producción de los modistos de la alta costura mientras que en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, y Francia se nota un gran incremento en la producción de la moda seriada distribuyéndola desde boutiques y grandes almacenes, lejos de los tradicionales salones. La confección de prendas de vestir en países como Francia e Italia se profesionaliza y pasa a ser un potente sector industrial capaz de generar un alto porcentaje del producto interior bruto. Quien influye en este sentido es en primera instancia Yves Saint Laurent quien pone todo su empeño en el prêt à porter como piezas de arte y con la misma calidad que en la alta costura hasta entonces. Los jóvenes exigen moda para jóvenes en consonancia con los movimientos sociales: teddy boys, beats, hippies, puncks, etc. No acuden a los grandes modistos sino que buscan su vestuario en las tiendas como la boutique de Mary Quant en King’s Road, en Londres, luego en Carnaby Street y más tarde en el mundo entero. La moda no se centra solo en el vestuario sino también en los complementos: desde las gafas hasta las maletas, desde la pasta de dientes hasta la ropa interior y los pijamas.
Sin perder una gota de erotismo, lo prohibido deja de serlo y se potencia poniendo al descubierto nuevas partes del cuerpo como las nalgas que hasta aquellos años se cubrían por entero. Lo erótico también significa saludable, y romántico: las nuevas pendas deportivas realzan la sensualidad y la ropa interior victoriana se exhibe en el exterior.
La moda de los 60 fue una época de libertad de expresión donde reinaban las subculturas juveniles de manera excéntrica y minimalista pero que fueron pronto desplazadas por el estilo francés, elegante, extravagante y lujoso: así, Pierre Cardin se deja llevar por el estilo espacial inspirándose en los cosmonautas mientras que Cocó Channel investiga en el ámbito de la perfumería. Se produce un vuelco hacia la androginia: cabellos cortos, jeans y minifaldas se pasean por las calles de las grandes capitales. Vidal Sassoon inventa los peinados geométricos; la sensualidad y la extravagancia arrasan. Otros diseñadores decisivos de la época son Laura Biagotti, que de arqueóloga pasó a ser diseñadora y Manolo Blannick.
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