
La oniomanía (del griego, «onios», «se vende») es un trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad que afecta a muchas personas y que consiste en una necesidad o impulso irrefrenable de comprar cosas aunque no se las necesite, lo que le reporta a la persona una satisfacción instantánea pero poco duradera seguida de un sentimiento de culpa. Se la suele denominar «adicción a las compras» como símil de otros tipos de adicciones como es la ludopatía o adicción al juego y que requieren atención psicológica.
La crisis y los avances tecnológicos no han hecho más que agravar este problema. Hasta hace relativamente poco se daba en personas de entre 30 y 40 años, pero se ha ido extendiendo progresivamente a los adolescentes cuya única forma de ocio es salir de compras o realizar compras por internet. Normalmente la persona no reconoce que tiene un problema a pesar de la irracionalidad de su comportamiento achacándolo a que vive en una «sociedad consumista.»
Los sujetos que padecen este trastorno, generalmente gastan más de lo que pueden permitirse aunque se da en todas las clases sociales.
Los síntomas de que se es un comprador compulsivo suelen ser:
- Todo se programa en torno al momento en que se va a salir de compras. Casi todo el tiempo libre se dedica a ir de compras y cualquier cosa que impida esta actividad es considerada aburrida.
- Normalmente se compran cosas que no se necesitan y una vez que se las adquiere pierden interés.
- No se es capaz de adaptarse al propio presupuesto. Se usa la tarjeta de débito o de crédito de forma indiscriminada llegando a endeudarse. El gasto se vuelve incontrolable.
- La adicción afecta a las relaciones familiares, al tiempo de trabajo o a las relaciones sociales.
Causas de la oniomanía
Las causas pueden ser múltiples. Desde haber sido un niño o niña malcriados hasta el sentimiento de insatisfacción con la rutina diaria o el sentimiento de vacío existencial. La compra compulsiva sirve como evasión de problemas más acuciantes como puede ser una depresión, sentimientos de ansiedad o angustia, problemas de pareja, complejos, etc.
Los compradores compulsivos buscan prestigio social a través de sus compras y acumular cosas eleva su autoestima.
En otro post hablaremos sobre otro fenómeno que empieza a ser también muy frecuente, los adictos a los concursos por internet o a solicitar muestras de todos los productos posibles.