
El origen de las braguitas se remonta a los tiempos de los tiempos cuando las mujeres, no todas ni en todas partes, usaban una prenda tejida grande a modo de taparrabos cuyos extremos ataban a la cintura.
Las diosas griegas llevaban lo que se llama zóster, una larga banda de lino blanco que se pasaba por entre las piernas y se ataban a la cintura. Una especie de pañal de los de ahora. Pero fueron los romanos los que le dieron su nombre: bracca, bracae, o sea, braga.
Recién en la Edad Media la bracca fue comenzando a ser reemplazada por el calzón. Los calzones solían ser de algodón y lo que iba cambiando era su longitud.
Pero la historia y desarrollo de las bragas tal y como las conocemos hoy se inicia cuando una ordenanza de hace 200 años obliga a las bailarinas de la Ópera de París a usar bragas.
Poco después se les impuso su uso a las prostitutas y ya para 1820 eran todo un éxito y las mujeres en general comenzaron a a usarlas.
Hoy puedes encontrar en cualquier lencería bragas brasileñas, ancha de frente y con forma de uve por detrás (contraindicada para las mujeres de glúteos grandes); la braga faja, alta por delante y por detrás, muy cómoda para los días que tienes la regla; braga normal, ancha de frente pero no muy alta y que cubre toda la parte de atrás. La braga bikini es un poco más estilizada que la braga normal. La tanga tiene talle bajo por delante y deja los glúteos al descubierto y resulta muy cómoda si usas ropa ajustada porque no deja marcas. Dentro de las tangas están las tantas hilo dental. Y finalmente el culotte, una braga que cubre las ingles y los glúteos, ideal para las que tienen el trasero más bien rellenito.
Fuentes: www.soymujeractual.com, lacafeteria.forumotion.com