
Dieciséis meses después de la catástrofe de Fukushima, un terremoto que causó un tsunami que a su vez provocó el mayor accidente nuclear de los últimos treinta años, ya se comienzan a observar los efectos que el masivo escape de radiación y aguas contaminadas de la central ha causado en el medio ambiente, los científicos alertan de deformaciones graves en algunos tipos de mariposa encontrados en Japón.
La exposición a los elevados niveles de radiación ha causado alteraciones en estos invertebrados, afirman los científicos, que han observado un aumento considerable de las mutaciones en la forma de las patas, las antenas y las alas d las mariposas recogidas posteriormente al accidente de la central nuclear.
Dos meses después del accidente que causó la explosión de dos reactores de la central de Fukushima, en Marzo de 2011, un grupo de científicos japoneses recogieron unos 144 ejemplares de mariposa “Zizeeria maha” de todas las provincias de Japón, las mariposas de Fukushima habrían sido larvas en el momento del accidente.
Resultados sorprendentes
La comparación de los estudios resultó sorprendente, según afirmó uno de los científicos del grupo del Profesor Otaki, que, a pesar de la resistencia a la radiación que tienen los insectos, observó cómo las mariposas de las zonas con mayores índices de radiación presentaban unas alas mucho más pequeñas y que sus ojos de habían desarrollado de forma irregular.
Más tarde, el Profesor Otaki y su equipo criaron estas mariposas para observar los efectps en sus descendientes, entre las que observaron mutaciones en un rango de características que no habían sido observadas en la generación anterior, como la alteración del tamaño de las antenas, un miembro fundamental para estos insectos a que les sirve tanto para encontrar comida como para encontrar una pareja con la que aparearse.
Seis meses después del primer examen, los científicos volvieron a recoger mariposas en las mismas zonas geográficas, parta descubrir que las mariposas de la región de Fukshima presentaban esta vez un índice de aproximadamente el doble de mutaciones que las observadas meses antes, inmediatamente después del accidente.
El equipo científico ha llegado a la conclusión de que este alto índice de mutaciones se debe a la ingesta de alimentos contaminados en la zona,pero también a la alteración del material genético de los padres, que pasa a las siguientes generaciones, a pesar de que esas mutaciones no sean evidentes en los propios padres.
Las conclusiones del informe del equipo científico del Profesort Otaki, que lleva analizando las mariposas desde hace 10 años, debido al interés que presenta esta especie por su sensibilidad a las alteraciones medioambientales, puede leerse al completo en el informe The biological impacts of the Fukushima nuclear accident on the pale grass blue butterfly, escrito en inglés.