
Cotillear y difundir rumores en cualquier entorno laboral son una de las estrategias que se emplean en las luchas de poder ya sea para escalar posiciones o destruir a un contrincante. Son la principal fuente de conflictividad y de infelicidad laboral cuando no de absentismo, ya que sentirse en el punto de mira de los demás es una situación insostenible para la mayoría de las personas. De hecho las intrigas son la antesala del acoso y dañan no solo a la reputación de un compañero de trabajo o de un superior sino al buen funcionamiento de la organización.
Ocasionalmente quienes se prestan a este juego no son concientes del perjuicio que generan y puede que lo hagan para desahogarse del estrés acumulado junto a la máquina del café, mientras se fuman un pitillo o vía mensajes sms o mails. Pero si esto se sistematiza se acerca peligrosamente al mobbing.
Mantenerse al margen de estas intrigas es fundamental para la propia reputación y la propia integridad además de para mantener relaciones cordiales con los demás. No se trata de aislarse sino de aprender a protegerse. No hay nada peor que quedarse solo.
Por ello hay que lograr un punto de equilibrio entre nuestra participación en las políticas establecidas en el contexto laboral y el quedar entrampado en sus redes.
¿Cómo se logra esto? Ante todo es importante aprender a escuchar y a observar lo que ocurre en la oficina sin tomar partido. Lo usual es que los sujetos más conflictivos se acerquen a ti si eres nueva. Su objetivo es captarte para su «causa.» Dado que carecemos aun de información suficiente no deberemos dar el sí por respuesta sino simplemente esperar y mantener nuestra boca cerrada en tanto no tengamos un panorama claro de lo que pasa. Lo que a ti te interesa es saber quién posee toda la información y quién es el más influyente. Es a esas personas a las que te conviene acercarte para estar bien al tanto de quién defiende qué y quién podría jugártela. Las traiciones son moneda corriente en los lugares de trabajo y no es fácil saber quién te será leal y quién no lo será. Por ese motivo es que no debes dar información privilegiada y desconfiar de quienes airean secretos de trabajo.
Sé escéptica ante los rumores. Si hay algo de cierto lo sabrás a través de una fuente fiable. Y nunca, nunca participes en las conversaciones sobre personas ausentes. Y si alguien quiere hablarte de otra persona a sus espaldas, lo mejor será pararla en seco aunque eso suponga que se te expulsa de los cotilleos. Quienes salen mejor parados en estos ambientes viciados son aquellos que consiguen llevarse bien con todo el mundo y permanecer neutrales, es decir, no decantarse por ningún «bando.»
Mantén silencio sobre tu vida privada e intenta ser siempre diplomática incluso si debes ser hipócrita. Lo mejor para ti es comportarte siempre con educación. Y cuando sientas que vas a estallar sal a tomar el aire fresco. En caso de que pierdas los papeles, discúlpate y haz como si nada hubiera pasado.
Fuentes e imagen
psicologiasocialylaboral.blogspot.com.es
www.elconfidencial.com