Comercialmente, se denomina botox a la toxina botulínica que se emplea con fines estéticos o terapéuticos. En la actualidad es uno de los tratamientos más demandados ya que sus resultados se pueden ver a muy corto plazo, es económico y los efectos secundarios son muy poco frecuentes.
La toxina botulínica es producida por una bacteria, la Clostridium Botulinium, que produce diversos tipos de toxinas pero solo las del tipo A se emplean como tratamiento desde hace unos 20 años y, lo mismo que otros derivados de toxina como la penicilina, no son peligrosos para el ser humano siempre y cuando hayan pasado por un proceso de elaboración y purificación preciso para uso medicinal.
El botox concretamente se emplea para eliminar las arrugas de la cara así como las líneas de expresión y patas de gallo y su acción no se extiende a otras partes del organismo. Las líneas de expresión son el resultado de expresar emociones con el rostro realizando miles de veces el mismo gesto. Al gesticular y expresar emociones en nuestro cerebro se libera un neurotransmisor, la acetilcolina, que hace que los músculos se contraigan. El botox actúa bloqueando la transmisión de dicho neurotransmisor de manera que evita la contracción de los músculos. Al relajarse éstos, las arrugas desaparecen progresivamente.
Lo que es importante es que el tratamiento lo lleve a cabo un médico especialista que conozca bien la anatomía de nuestro cuerpo. Si éste no fuera el caso pueden producirse efectos indeseables como la caída de los párpados o el levantamiento de las cejas los que de todos modos desaparecerán al cabo de unos 6 meses.
Ahora bien, tras la inyección del bótox puede que la zona quede un poco inflamada, tengamos rigidez facial, sintamos dolor de cabeza o náuseas.
Los resultados se ven a partir de los 5 ó 10 días tras la aplicación y duran unos 4 ó 6 meses, dependiendo de cada paciente.
El tratamiento consiste en introducir pequeñas agujas en las zonas deseadas. El dolor que pueda producir se trata con hielo o con algún analgésico.
Después del tratamiento es importante no acostarse durante al menos 4 horas, no tocar o masajear la zona del rostro tratada y realizar ejercicios de contracción muscular cada 15 minutos por un lapso de 2 a 4 horas para ayudar a la distribución de la toxina.
El botox está contraindicado para mujeres embarazadas o que estén amamantando, personas con problemas neuromusculares, personas alérgicas a la albúmina humana o a la toxina botulínica, así como para personas que hayan consumido alcohol o aspirinas en las últimas semanas previas al tratamiento.
En general las contraindicaciones o efectos secundarios del botox no son excesivos ni peligrosos pero si se lo usa en grandes cantidades el cuerpo puede crear defensas en contra de la bacteria con lo que la aplicación de la toxina deja de tener efecto.
Imagen: http://www.doyoubotox.com