
Todas nos hemos preguntado alguna vez por qué somos las mujeres y no los hombres las que llevamos tacones y falda. También se ha hecho esta pregunta Raquel Rei, directora del corto ‘Diez centímetros más cerca del cielo’, que ha inaugurado la V Edición del Festival Internacional Cine Invisible que organiza la ONG de Cooperación al Desarrollo KCD en Bilbao. Gallega de origen, Raquel forma parte del colectivo audiovisual As Candongas do Quirombo y durante 25 minutos nos impulsa a reflexionar sobre estas cosas que parecen en principio banales, pero que no lo son.
¿Cómo se construye el género al fin y al cabo y cómo es nuestra sociedad? Raquel crea un documental autorreferencial. Se ve a sí misma mirando al suelo y viendo muchos tacones y observa que su propia vida está marcada por el hecho de ser mujer. Es imprescindible para cualquiera de nosotras ir a ciertos eventos con tacones e ir vestida de determinada manera. No hay que darle más vueltas. Y no es casual que así sea. No es casualidad que los tacones sean cada vez más altos. «Detrás de los tacones está la mirada del otro.», dice Raquel. No de la otra sino del otro. Los tacones aportan seguridad en ti misma y eleva tu autoestima además de ser un objeto sexualizado. Pero al mismo tiempo te vuelves más vulnerable porque no puedes moverte casi… Hay una doble moral según Raquel. Los tacones no están hechos para caminar sino para que lleves a tu lado al hombre de tus sueños, en palabras de Manolo Blachnik. Y para la socióloga Patricia Beltrán se trata de conseguir un estatus más alto. El problema es que cuando te los quitas, bajas a una situación desigual. Serás entonces la mujer que debes ser, la madre, la amable, «la puta también…» Raquel cree que haciendo este audiovisual se desmarca de la posición que le es asignada. Cree que lo más difícil es, empero, desmarcarse en la vida cotidiana, en la vida privada. Y no se equivoca. Es más fácil ir a una manifestación que desobedecer en casa.