Mucho se ha debatido durante años acerca de los alimentos transgénicos y sus consecuencias sobre el organismo humano aunque hasta ahora no había ninguna prueba fehaciente al respecto. Sin embargo, un organismo científico Francés ha activado las alarmas tras publicar en la revista “Food and Chemical Toxicology journal” los resultados de un informe que demuestra la incidencia del cáncer en ratones alimentados con maíz transgénico.
El estudio ha tenido una duración de dos años, y ha sido el el primer estudio sobre los efectos de los alimentos transgénicos a largo plazo que ha tenido que ser respaldado por el Comité de Investigación e Información Independiente sobre los Alimentos Transgénicos, una ONG francesa reconocida por su oposición a los transgénicos, ya que, como afirma uno de los principales autores del estudio, el profesor Gilles-Eric Seralini, biólogo de la Universidad de Caen, los estudios sobre las consecuencias de estos productos, generalmente terminan en tres meses, por que las empresas productoras no quieren saber nada acerca de las consecuencias de los transgénicos a largo plazo.
Pero es que estas consecuencias se comienzan a manifestar a los cuatro meses, es cuando comienzan a aparecer los tumores, afirma Seralini, basándose en un estudio realizado a 200 ratones, antes de asegurar que tras un año de tratamiento esas consecuencias son aún más visibles. La mayoría de las ratas hembra sufrían dos o tres tumores tras un año de tatamiento.
Mayor incidencia del cáncer en ratas hembra
En este estudio, los ratones fueron divididos en seis grupos -tres de machos y tres de hembras- que fueron alimentados con maíz transgénico producido por Monsanto en diversas cantidades; 11%, 22% y 33% cantidades, un tipo de maíz tratado con el herbicida Roundup de Monsanto.
Por otro lado, otros seis grupos de ratones, idénticos al anterior, que iban a recibir los mismos porcentajes de maíz en su dieta, aunque no transgénico en este caso, aunque fueron alimentados con agua que contenía diversas cantidades del herbicida Roundup, en algunos casos con porcentajes similares a las que tiene el agua del grifo.
Aparte habían otros dos “grupos de control a los que se les proporcionaba maíz no modificado genéticamente y agua limpia del herbicida Roundup.
Entre las conclusiones se destaca que los organismos de ratas hembra se manifestaban mucho más sensibles al maíz modificado genéticamente así como al agua con herbicida.
En los grupos de ratones hembra la incidencia de tumores era de 2 a 3 veces superior a la que presentaban los grupos de control. En términos generales el estudio concluye que el 50% de ratones macho y el 70% de hembras alimentadas con transgénicos murieron prematuramente, por el 20 y el 30% de muertes prematuras registradas en los grupos e control.
Sin embargo, una de las conclusiones más interesantes del estudio es que los ratones alimentados con un mayor porcentaje de maíz modificado genéticamente, en general, presentaban incidencias de tumores en menor cantidad que aquellos en los que su dieta presentaba menor cantidad de alimentos transgénicos.