Es difícil sustraerse al encanto de los zapatos de tacón. La mayoría de las mujeres los adoran. Pero no son tantas las que los usan a diario ya sea porque sienten dolor o se sientan torpes usándolos. Se sabe que no son lo mejor para la salud del pie, pero tienen algunas ventajas: perfilan las pantorrillas, alargan las piernas y refuerzan los músculos del suelo pélvico.
La pregunta es cuándo y quién los inventó. Según la documentación de la que se dispone, los primeros zapatos de tacón serían los chopines de la Venecia del siglo XVI. Se trataba de unos zapatos con plataforma de madera de 60 cms de alto. Pero de 1533 datan los zapatos de tacón de Caterina de Médicis quien se hizo traer de Florencia un par de zapatos hechos a medida para lucirlos en la ceremonia de su boda con el Duque de Orleáns. Caterina era bajita pero muy inteligente y pronto fue imitada en la corte francesa.
Hacia el siglo XVII llevar zapatos de tacón de hasta 12 cms de alto era un signo de distinción, tanto para damas como para caballeros tales como Luis XVI que combinaba su gran peluca con sus botines de tacón alto con los que ganaba ni más ni menos que ¡30 cms de altura! Los tacones de sus botines eran rojos y todos los cortesanos adoptaron su estilo.
En el siglo XVIII los tacones se convierten en auténticas piezas de joyería. Los decoran con hebillas de plata y piedras preciosas incrustadas. Pero con la llegada de la Revolución Francesa y la caída de la monarquía los tacones pasan al baúl de los recuerdos y se vuelve al zapato plano, la bota y el botín: recién en el siglo XIX veremos renacer el zapato de tacón…
Es en la década de los ’50 en pleno siglo XX que se inventa el tacón de aguja: en Italia con Ferramagno y en Francia con Roger Vivier. Se los ve como agresivos, inmorales e incorrectos pero con el tiempo se transforman en un signo de feminidad y de seducción y ya no vuelven a desaparecer.
Los creadores con más glamour y con más demanda entre las celebrities en lo que a este tipo de zapato se refiere son Jimmy Choo, el español Manolo Blahnik y el francés Christian Louboutin.