
A los que vivimos en grandes ciudades nos resulta más complicado reducir nuestra contaminación. La vida urbana es, por definición, menos sostenible que la rural pero hay medidas que cualquiera puede hacer para mejorar nuestro entorno y poner nuestro granito de arena en la lucha por la sostenibilidad.
1. Reciclar: Aunque parezca obvio, hay que vencer a la pereza y reciclar todos los productos que podamos. En la ciudad los servicios de recogida de plástico y cartón funcionan muy bien y favorecen nuestra labor. Igualmente, suele haber puntos de recogida de aceite usado –la sustancia más contaminante que hay actualmente- y de pilas y baterías. En algunas ciudades está comenzando a recogerse en contenedores especiales ropa y complementos usados por parte de diversas ONGs, una nueva forma de reciclar lo que pensábamos tirar y ayudar a otros que lo necesitan más.
2. Reducir y reutilizar: Además de reciclar es importante reducir nuestro consumo de plásticos y productos perecederos y reutilizar todo lo que podamos para lograr vivir una vida menos consumista y sustentable. Productos como la copa menstrual, botellas de cristal para el agua o bebidas o los pañuelos de tela están volviendo a utilizarse porque son una manera más responsable de utilizar los recursos sin necesidad de desperdiciarlos y tirarlos tras un solo uso.
3. Comprar localmente: Comprar productos locales o de kilómetro 0 es otra de las mejores opciones que podemos tomar si tenemos la posibilidad. Los productos que vienen importados de otros países tienen lo que se llama la huella ecológica y es que, por ejemplo, para que un plátano haya llegado a tu casa desde Ecuador ha sido necesario que se consuma una gran cantidad de gasolina en su transporte. Al comprar productos locales evitas esta huella y, de paso, favoreces el desarrollo económico sostenible de tu región, apoyando a los productores de la zona.
4. Ahorrar energía en el hogar: Ahorrar energía en el domicilio es imprescindible para conseguir una menor contaminación. Utiliza bombillas de bajo consumo, abrígate y apaga la calefacción cuando sea posible, no dejes luces encendidas o productos electrónicos conectados a la corriente cuando no los estés usando y haz todo lo que esté en tu mano para reducir la factura porque además de suponerte un ahorro económico también supondrá un ahorro en el consumo de electricidad y gas natural que beneficiará al medio ambiente. Cada pequeño paso cuenta y cada granito de arena es crucial para salvar el medio ambiente.
5. Ahorro de gasolina con abonos de parkings: Cuando no nos quede más remedio que usar el coche es recomendable reservar con un abono de parking como los de Parclick, nos reservará la plaza y evitará que pasemos horas buscando un hueco donde dejar el coche y emitiendo grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. Además, estos abonos ofrecen ofertas con los que se puede ahorrar hasta un 70 % del precio habitual. Aun así, siempre es preferible ir andando o en transporte público si podemos elegir.