
Tanto si es tu primer contacto con el mundo laboral como si te acabas de incorporar a una nueva empresa, la incertidumbre que provoca el hecho de no conocer el entorno, o a los compañeros/as de trabajo, es algo normal.
No te preocupes, piensa que para todos ha habido una primera jornada y, probablemente no ha sido sencilla. Sé optimista sin olvidar que estás ante un nuevo e ilusionante reto y que, tal vez, éste sea el primer paso de una exitosa carrera profesional cuyos límites solo dependen de ti.
Especialmente hoy en día, si has logrado ese puesto de trabajo al que aspirabas, estás de suerte y no puedes dejar pasar la oportunidad. Observa, muestra máximo interés por cualquier aspecto relacionado con tu labor y tómate tu tiempo en familiarizarte con la empresa (departamentos, directivos, clientes/proveedores…) y con las funciones que desempeña cada uno de tus compañeros. Márcate, además, tus propias metas, por supuesto con prudencia y sabiendo que no será fácil, pero teniendo claros tus objetivos profesionales.
Sé tú misma. Sabes mejor que nadie cuáles son tus virtudes y tus defectos. Saca partido a esas características tuyas que pueden ser útiles para alcanzar los objetivos empresariales y, ante posibles carencias, no tengas reparos en preguntar todo aquello que consideres oportuno. Una actitud proactiva, y la máxima disposición a la hora de intentar solucionar cualquier cuestión es algo que a la larga da buenos frutos.
Disfruta de tus pequeños logros y dalos a conocer. En muchas ocasiones, un exceso de prudencia puede llevar a que no se reconozcan tus méritos. Igual que tendrás que esforzarte en corregir los fallos derivados del desconocimiento o la inexperiencia, celebra cada uno de tus pequeños éxitos.
La relación con los compañeros/as también es importante. No se trata de encontrar en el entorno laboral a tus mejores amigos pero, un ambiente de cordialidad favorece el trabajo en equipo y resulta beneficioso para todos. El intercambio de ideas e información, en encuentros incluso fuera del entorno laboral, puede aumentar tu red de contactos y tal vez darte a conocer nuevas oportunidades que para ti aún son desconocidas. Practica el networking
¿Y si surge algún problema?
A medida que avancen las semanas y meses lo normal es que te sientas cada vez más cómoda y segura en tu nuevo puesto. No tiene por qué ocurrir, pero si notas algún problema serio, fuera de lo común, relacionado con algún tipo de mobbing o acoso laboral, no dudes en comunicarlo a los responsables de Recursos Humanos.
Este es un tema muy grave que hay que atajar de inmediato. Las empresas, por ley, están obligadas a tomar las medidas necesarias para que esto no se produzca y a aplicar los protocolos oportunos en aquellas situaciones de acoso.
Da a conocer lo que está ocurriendo no solo de palabra sino, también, por escrito a través de un mail, en el que quede constancia de que has comunicado el problema (en caso de un posible juicio es importante demostrar que la empresa conocía la situación).
Ante la mínima sospecha de una situación de este tipo, la empresa deberá hablar contigo y con los presuntos acosadores para aclarar la cuestión y tomar las medidas pertinentes. Si consideras que tu caso es grave y no se está solucionando, la consulta con un abogado especialista en mobbing y acoso es más que recomendable.