Un buen propósito para el próximo año es poner en orden tu tocador, si tienes, y sino montarte uno con cajones de frutas o comprando algún bonito mueble vintage preferiblemente provenzal…
Naturalmente lo primero es que haya un bonito espejo en el centro o uno en el lateral del mueble. Puede reposar sobre el tocador o bien estar colgado de la pared.
Lo segundo es contar con algunos cajones para guardar algunas cosas. Conviene que tengas separadores para que la bisutería o el maquillaje no se mezclen. ¡Puedes recurrir incluso a una cajas de huevos!
Sobre el tocador puedes poner bandejas, conchas, cajitas, neceseres y estuches y una de esas típicas manos para sujetar anillos, pulseras, relojes e incluso gafas. Los collares también los puedes colgar en otras partes de la habitación que sirvan como perchas. Muchas piezas de bisutería pueden ir muy bien enganchadas a un foulard que haga las veces de tapiz, como los broches y los pendientes. Las hebillas, peinetas y diademas para el cabello pueden prenderse de una cinta en el interior o exterior de tu armario. Pañuelos, foulards, bolsos y sombreros pueden repartirse colgándolos en distintas partes de la habitación. Para lápices y pinceles puedes usar un vaso o un tazón bonito. Clasifica el maquillaje y la bisutería según colores, o según marca o estilo.
Es muy útil deshacerte de las cosas que ya no usas y que no tienen ningún valor. Recuerda que el vintage solo se da cuando los accesorios son de calidad. Si ves que hay cosas que están muy desgastadas o incluso rotas y no son un clásico que probablemente vuelvas a usar, ¡fuera! Deshazte de ellas. Todo lo que necesite un arreglo ponlo aparte para no olvidarte de que lo debes llevar a arreglar. Pero sobre todo conserva solo las cosas que te gustan y que te quedan bien. Lo importante es evitar los revoltijos porque hacen que pierdas tiempo cada vez que sales.
No olvides dejar un plato o una bandejita para poner las cosas que te has puesto ese día para poder reacomodarlas rápidamente al siguiente.