Sin caer en la obsesión, tener las cosas medianamente organizadas hace que se viva de manera más relajada, facilita la convivencia y el descanso.
Uno de los principales problemas a la hora de poner orden, son los papeles que se acumulan día tras día. La solución es deshacerte de inmediato de la publicidad o del papeleo que no necesitas y pasarte a la factura electrónica o extractos online de bancos y compañías de suministro. Lo importante es que también organices todo esto según prioridades: lo que es urgente, lo que es a medio plazo y lo que puede esperar. Para ello cómprate unas bandejas apilables. Es interesante también que vayas apuntando todo para luego ir tachando lo que ya sea un asunto cerrado.
Los archivadores sirven para clasificar las garantías de los artefactos, los recibos de la luz y el teléfono, las de los bancos, las del seguro, las del colegio entre otros. Una opción es hacerlo además por años. A partir del 5º año todo pierde validez y podemos deshacernos de todo ello.
En cuanto al resto de objetos y mobiliario que tenemos en nuestra casa, hemos de evitar acumular cosas que no usamos y que ocupan un espacio y se llenan de polvo. Para esto hoy en día existen numerosas plataformas de venta vía internet o tiendas de compra venta, por ejemplo, para deshacernos de ciertos libros (no todos los libros son sagrados). Lo mismo para el resto de trastos y muebles que ya no necesitamos porque hemos renovado el mobiliario o estamos a punto de hacerlo.
Para vender por internet conviene no hacerlo contrarrembolso. Lo mejor es que el comprador haga un ingreso en tu cuenta que incluya el coste del objeto más los gastos de envío. Al finalizar la odisea de vender tus cosas inservibles sentirás un gran alivio y habrás ganado algo de dinero.
Lo que hay que evitar es que la casa se convierta en un antro. Intentar guardar un orden absoluto puede ser estresante pero sin irnos a esos extremos, conseguiremos tener un hogar más acogedor y más limpio.