Hay algunas personas a las que les resulta muy fácil aprender nuevos idiomas mientras que otras sencillamente aparcan esta tarea indefinidamente porque les cuesta muchísimo.
Parece ser que la diferencia entre unas y otras está «en la calidad de las conexiones entre las dos zonas del hemisferio izquierdo implicadas en el habla.»
Una investigación llevada a cabo en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), en colaboración con el King’s College de Londres se ha centrado en analizar el fascículo, el haz de fibras nerviosas que conecta las zonas auditivas del lóbulo temporal (área de Wernicke) relacionadas con la comprensión con la región motora (área de Broca) relacionada con la producción del habla y situada en el lóbulo frontal. Ambas regiones están en el hemisferio izquierdo en la mayoría de las personas, zurdas o diestras. La comprensión de los aspectos no verbales del habla como la fonética y el ritmo se sitúan en hemisferio derecho.
Según este estudio la capacidad de memorizar palabras nuevas depende del desarrollo del fascículo. La palabra nueva debe ser traducida al código motor que es lo que permite que la pronunciemos, que se mantenga por un breve lapso de tiempo en la memoria a corto plazo para que pase luego a la memoria a largo plazo, que es donde se la almacena.
La diferencia en el desarrollo del fascículo se debe a la mayor o menor mielinización del haz de fibras nerviosas del fascículo. Una mayor mielinización permite una mejor sincronización entre las regiones que conecta y una mayor velocidad en la transmisión de la información.
Fuente: madridmasd