
La alpaca es un tipo de llama que vive y es criada en los altiplanos y zonas montañosas de gran parte de la cordillera andina, en especial en el Perú y en Bolivia, pero no solamente. Es parte de la familia de los camélidos
Desde el periodo incaico y antes aun, los antiguos pobladores de estas zonas dedicaban gran parte de su tiempo a los trabajos textiles usando lanas e incluso tintes para crear su vestimenta y sus mantas u otros trabajos de utilidad social como pueden ser los calendarios. Parte de la lana usada provenía de la alpaca que tiene un grueso pelaje para soportar el clima frío de los Andes.
Las fibras de la lana de la alpaca absorben la humedad permitiendo que el cuerpo transpire dándole sensación de frescura en tiempos cálidos y protegiéndolo del frío en los meses invernales. Con la alpaca se pueden confeccionar ponchos, bufandas, cuellitos, guantes, gorros, manguitos, medias, chalecos, chompas, muñequeras, colchas y mantas y prendas que hasta ahora no se hacían con un potencial ilimitado aunque a pesar de ser una de las fibras más finas, tiene que competir aun con el cashemere y el mohair. Pero la alpaca tiene 24 colores naturales que van del negro al blanco pasando por el marrón y el plata y destaca por su elasticidad, capacidad de tensión y suavidad. Es tres veces más fuerte que el pelo de oveja y siete veces más caliente.
La técnica del crochet o la técnica de los palillos son muy usadas para tejer la alpaca pero no más ni menos que los telares. Se usa alpaca hilada industrialmente o hilada a mano y en muchos casos se trata de productores dentro de lo que se conoce como precio justo que permite crear diseños espectaculares a la vez que los proveedores reciben los justos beneficios.
Actualmente se usa la alpaca también afieltrada para confeccionar sombreros, y las telas hechas a partir de la alpaca se emplean para crear prendas de alta costura.