
No es ninguna novedad, desde los estudios de Freud, que los humanos no somos tan racionales como creemos. Tomar atajos ante la incertidumbre o la necesidad de dar una respuesta inmediata muchas veces hacen que cometamos errores. Aparentemente se trataría de la ley del mínimo esfuerzo según la investigación dirigida por Richard West de la James Madison University, y Keith Stanovich, de la Universidad de Toronto. Sujetos con capacidades especiales e inteligentes a priori, suelen tener una predisposición a tomar atajos que los conducen a equívocos irrevocables.
Según refleja un artículo de The New Yorker, ya el Premio Nobel Daniel Kahneman, profesor de Psicología de Princeton, en los años 70 del siglo pasado postuló la teoría de que el pensamiento intuitivo conduce a menudo a un exceso de autoconfianza, a realizar predicciones poco ajustadas a la realidad o a hacer planteamientos y planes siguiendo criterios falaces y menospreciando aspectos relevantes para cada caso. Uno de esos criterios podría ser por ejemplo el del tiempo de ejecución.
Otro criterio que siguen estos sujetos es creer que todos los demás se equivocarán menos él.
Es interesante constatar que sujetos con altas capacidades se dejan llevar por prejuicios, por una extrema seguridad en sí mismos, dejan en el olvido conocimientos previamente adquiridos o no consideran seriamente las condiciones de ejecución de una tarea «esquivando el razonamiento.» De ahí que se concluya que lo que rige en estos casos es una cierta pereza intelectual que lleva a apresurase a la hora de responder y a evitar un exceso de esfuerzo por razonar como si procurásemos evitarle dicho mal trago a nuestro cerebro.
Fuente e imagen
http://www.madrimasd.org/canales/salud-biomedicina/revista-prensa/por-que-los-listos-son-tan-tontos?origen=notiweb_suplemento&dia_suplemento=miercoles&seccion=revistadeprensa