
El vocablo sexting o sexteo en español, es una contracción entre sexo y texto. Todo comenzó con los mensajes SMS con contenidos sexuales y no tiene nada que ver con el envío de vídeos de índole pornográfica.
Desde 2005 se sabe que el sexting se practica entre los menores de 18 años en varias partes del mundo, en especial en países anglosajones. Se trata de enviar fotos de sí mismos desnudos o semidesnudos o de publicarlas electrónicamente, aunque los mensajes sexuales son más comunes que las fotografías ya sea a conocidos como a desconocidos. Los motivos por lo que se realiza esta práctica son varios: romance, coqueteo, adquirir popularidad, por presiones de amistades, por venganza, por intimidación y por chantaje.
Está claro que el sexting surge a consecuencia de los avance tecnológicos aunque el envío de material sexual se ha dado en todas las épocas. El problema es que las NTIC permiten enviar estos contenidos en forma de vídeo, de fotografías y de textos con carácter explícito y con mayor impacto. Pero lo peor es que una vez que has enviado ese material a solo una persona, no sabes en qué va a acabar. El material puede ser difundido de forma imparable y el remitente pierde el control sobre la difusión de los contenidos.
Según el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) en México 1 de cada 5 cibernautas menores de edad mantienen contacto con algún pedófilo. Según Eduardo Zepeda Estrada (Director de servicios on line de Damage Control), el pedófilo puede convencer al adolescente en menos de 15 minutos para que envíe fotos. Las consecuencias pueden llegar al suicidio y dependiendo del contexto jurídico de cada país el sexting puede derivar en problemas legales o penales de distinta índole: producción, posesión y/o distribución de pornografía infantil, corrupción de menores, vulneración del derecho al honor y a la propia imagen, difusión ilícita de datos personales, acoso y extorsión.
Uno de los motivos que mueven a los jóvenes a jugar con el sexting es la pareja, lo cual es un peligro si la cosa acaba mal. Para San Valentín un 36% de las personas estaba dispuesta a enviar alguna foto atrevida a su pareja ya sea a través de correo electrónico, mensaje de texto o red social. Una de cada 10 personas amenazó con publicar el material si se producía una ruptura sentimental. El 60% cumplió con la amenaza. En una encuesta de Mac Afee algunos encuestados dijeron que divulgarían datos privados de su pareja si les mienten (45%), si los engañan con otras personas (40%), si terminan con ellos (26%) o cancelan una boda (14%).
El consejo para evitar estas situaciones es directamente no entrar en el juego.