
Desde antiguo existen teorías que resultaron ser falsas. La Tierra es redonda y no plana, y no es el centro del Universo. Pero muchos defendieron lo contrario.
No hace mucho una exlegisladora afirmó que existen diferencias entre el cerebro de la mujer y del hombre que incapacitaría a aquélla para el ejercicio de la política.
Lo cierto es que si bien hay diferencias biológicas entre los cerebros de las féminas y los varones, no hay nada que una fémina no pueda hacer. Ni tampoco es cierto que los hemisferios cerebrales funcionen de manera aislada o tengan «predominancia excluyente» y esto es así porque el cerebro funciona gracias a una red en la que todas las estructuras están interconectadas. Si cada hemisferio se especializa en algunas funciones y no en otras no significa que la mayoría de los estímulos no requieran la actuación de ambos hemisferios. El hemisferio izquierdo se especializa en un procesamiento más lineal y secuencial y el derecho en uno más holísitico y global, pero esto es un beneficio evolutivo que de ninguna manera representa un handicap para nadie. No es que la razón esté en una parte del cerebro y las emociones en otra y que en las mujeres se dé dominancia de lo emocional. Al menos no hay motivos fundados para creerlo. La idea de que existen diferencias entre los cerebros femenino y masculino data de antiguo e incluso en el siglo XIX en la Universidad de Heidelberg no se admitían mujeres.
Ya en el siglo XX se observó que el cerebro masculino es un 9% más grande que el femenino. Pero en los centros para el lenguaje y el oído las mujeres tienen un 11% más de neuronas que los hombres. Y el hipocampo, centro de las emociones y de los recuerdos es también más grande en las mujeres que en los hombres, lo mismo que los circuitos para el lenguaje y para la empatía.
Las diferencias, en cualquier caso, son culturales, y van desapareciendo con la igualación de los sexos. Se cree que las diferencias que puedan existir son el resultado de presiones selectivas durante la evolución: mientras ellos cazaban, ellas se ocupaban de los niños y de las actividades manuales como recolectar alimentos.
Otra de las causas de las diferencias entre ambos cerebros puede ser debida a la actividad de las hormonas sexuales que bañan el cerebro del feto. Es decir, sí existen diferencias biológicas pero más allá de lo innato la práctica y las interacciones con los otros producen modificaciones a nivel neuronal y de los circuitos neuronales. De hecho hay tanta diferencia entre los cerebros de mujeres y hombres como entre distintas mujeres y distintos hombres.
Lo cierto es que si bien las mujeres pueden parecer más vulnerables que los hombres en ciertos aspectos, ambos hombres y mujeres están perfectamente preparados para ejercer las mismas profesiones.
Fuente
elcastellano.org