Si hay algo que nos atormenta en el verano es lo mucho que algunas personas sudamos. Y muchas sudamos especialmente en la cara tanto que no podemos ni siquiera acercarnos a alguien para besarlo.
La mejor forma de evitarlo es aplicar crema con SPF 30 o más alto por todo el rostro especialmente en nariz y mejillas.
También puedes proteger tu piel del sol potenciando tu SPF aplicando antes del protector solar un sérum antioxidante que neutraliza los radicales libres antes de que éstos dañen tu piel y tu cutis.
Si te toca trabajar en verano, vaporiza tu rostro con agua termal de menta o eucalipto que dan una refrescante sensación de frío que por mucho que corras, no permitirá que te caigan las molestas gotitas.
Si tienes a mano un cubito de hielo, aprovecha para pasártelo por la nuca, las muñecas y el cuello; con ello la temperatura del cuerpo se reducirá.
Llena de cosméticos la nevera: las cremas frías te ayudarán a sentir menos calor y evitarán que aparezcan rojeces en tu piel, el after sun hará mejor su labor y los perfumes te refrescarán.
Dúchate diariamente con jabón antibacterial porque el jabón normal a veces produce transpiración.
Usa antitranspirantes en las axilas mañana y noche. Escoge uno que no deje manchas en la ropa.
No uses ropa de telas sintéticas. Elige prendas de algodón o fibras naturales para que el cuerpo pueda ventilarse.
Depílate regularmente.
Bebe mucha agua. La temperatura del cuerpo, cuando está hidratado se equilibra e impide que el organismo libere calor en forma de sudor.
Evita las comidas muy condimentadas o picantes que elevan la temperatura del cuerpo.
Fuente: mujerhoy.com, noticias.universia.cl