¿Y por qué no? Porque la celulitis no aparece como resultado de la acción de toxinas aun cuando se la asocie a una mala alimentación rica en grasas. La celulitis aparece cuando los depósitos de grasa que se encuentran debajo de la piel empujan el tejido conectivo que los rodea pero de forma desorganizada, y sobre todo cuando dicho tejido conectivo se encuentra debilitado por un proceso hormonal, por falta de tono muscular, por una mala circulación o por un exceso de grasas, pero no por las toxinas.
La celulitis no es un problema externo de la piel y de ahí que las cremas anticelulitis solo puedan mejorar su aspecto por un corto periodo de tiempo y ni siquiera eso, en algunos casos. Las cremas solo sirven para ejercer un efecto tensor pero no atacan la cuestión de raíz.
En cualquier caso el uso de cremas por sí solo no logrará dar resultados si no se aplican con un masaje adecuado. Es el masaje lo que favorece la microcirculación que elimina los residuos grasos.
Los estrógenos favorecen la retención de líquidos y la acumulación de grasa, de ahí que la celulitis en los hombres sea anecdótica. Además la disposición de las fibras de la hipodermis en la mujer «es perpendicular a la piel con lo que basta que los cúmulos de grasa presionen un poco» para que aparezca la piel de naranja. Y esto sucede tanto en mujeres gordas como en mujeres delgadas.
Puede haber una predisposición genética a tener celulitis, pero un estilo de vida sedentario, una mala alimentación, no beber suficiente agua y no hacer nada de ejercicio la favorecen. Pero no cualquier clase de ejercicio sirve para combatir la celulitis. Se debe hacer un tipo de ejercicio que estimule músculos que normalmente no se trabajan de manera que se atrofian debilitando el tejido conectivo.
En cuanto a los métodos a base de láser, que derriten la grasa y reparan el tejido conectivo pueden ser eficaces siempre que se sigan ciertas reglas de alimentación y ejercicio. De lo contrario la celulitis reaparecerá.